Los peritos de la Gendarmería llegaron a la conclusión de que la muerte del fiscal Alberto Nisman fue una " violenta" y se trató de "un homicidio". En esos términos se explayaron especialistas que trabajaron en el caso y que el viernes le entregaron su informe al fiscal federal a cargo de la investigación, Eduardo Taiano.

Además de este documento, la querella presentó un informe de 8 páginas que respalda la conclusión principal con algunas disidencias.

En tanto, la defensa de Diego Lagomarsino, el informático que le dio a Nisman la pistola Bersa 22 de la que salió el disparo que lo mató, presentó un informe en que concluye que el fiscal se suicidó.

"Los integrantes de esta junta interdisciplinaria de Gendarmería Nacional se encuentran en condiciones de concluir que la muerte violenta de Nisman se trató de un homicidio", escribieron los peritos en una de las últimas páginas del informe de la Gendarmería, según consignó el portal Infobae.

Sucede que los 28 pesquisas indicaron que a Nisman lo mataron dos personas: una quien lo sostuvo con su rodilla derecha en el piso y otra quien le disparó en la cabeza. Antes, siempre bajo lo indicado en el documento, lo durmieron con ketamina y le quebraron el tabique de la nariz, las piernas y el hígado, donde tiene una hemorragia interna.

Sobre la ketamina, los peritos no pudieron determinar de qué manera le fue suministrada (si por vía oral o inyectándosela), ni qué cantidad tenía por el paso del tiempo.

Además, indicaron que Nisman no tenía espasmo cadavérico (la posición rígida en la que quedan las manos después de un autodisparo) porque el fiscal sufrió una agonía antes de morir.