El cambio climático es consecuencia de los gases de efecto invernadero que provocan que aumenten las temperaturas. Es por eso que el desafío para los expertos no solo es comprender el origen de los procesos, sino también el informar acerca de las potenciales y peligrosas consecuencias.  

Para Christiana Figueres, ex jefa de clima de la ONU, falta un mayor impulso a la transición empujada por la tecnología hacia la energía baja en carbono en la época reciente, un mérito alcanzado por el acuerdo climático de París en 2015. "Todavía hay un largo camino por recorrer para descarbonizar la economía mundial", sostiene en un comunicado publicado en la revista Nature.  

Es más, explica que el mundo tiene aproximadamente tres años antes de que se produzcan los peores efectos del cambio climático, que incluirían la rápida deforestación, las inundaciones causadas por el aumento del nivel del mar, las impredecibles variaciones de temperatura que podrían afectar severamente a la agricultura y que las zonas costeras estén anegadas. 

Figueres, junto a un equipo especializado, elaboraron un plan para transformar la "marea" del dióxido de carbono del mundo de cara a los próximos tres años. Llamado "Misión 2020", la iniciativa consiste en una campaña de colaboración cuyo objetivo es "aumentar la ambición y la acción en sectores clave para reducir la curva de emisiones de gases de efecto invernadero".  

El proyecto insta a gobiernos, empresas, científicos y ciudadanos a abordar de inmediato las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, para lo que se incluyen seis metas específicas: 

1. Aumentar la energía renovable hasta que suponga al menos el 30% del uso de electricidad, en comparación frente al 23,7% de 2015. Y más allá de 2020, que ninguna central eléctrica de carbón se apruebe, a la vez que las existentes sean retiradas. 

2. Proyectar planes para que las ciudades y los países abandonen la energía de combustibles fósiles en 2050, con una financiación de 300.000 millones de dólares anuales. 

3. Promover que al menos el 15% de todos los vehículos nuevos sean eléctricos. "También se requieren compromisos para duplicar la utilización del transporte público en las ciudades, un aumento del 20% en la eficiencia de los combustibles para los vehículos pesados ??y una reducción del 20% en las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación por kilómetro recorrido", detalla el análisis. 

4. Promulgar políticas sobre el uso de la tierra que reducen la destrucción de los bosques y fomentan la forestación. Las emisiones netas actuales de la deforestación representan el 12% del total a nivel mundial.

5. Que las industrias publiquen planes para reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono (por el uso de hierro, acero, productos químicos, cemento, petróleo, gas) antes de 2050. El objetivo final y ambicioso: lograr en una década reducir ese número a cero. 

6. Alentar al sector financiero a emitir más "bonos ecológicos" para los esfuerzos de mitigación del clima. La idea es llegar a un capital para la acción que llegue al billón. "Esto crearía un mercado anual que, para 2020, procesa más de 10 veces los $ 81 mil millones de bonos emitidos en 2016". 

Vale destacar que la tasa media de aumento del nivel del mar creció un 50% a nivel mundial en las últimas dos décadas, los últimos tres años fueron los más calientes registrados y, en 2017, las temperaturas ya alcanzaron sus niveles más altos en la historia en algunas áreas. Indicios que marcan la necesidad y el apremio por resoluciones rápidas y contundentes.