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General
El perro Fernando, 49 años de leyenda
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Este martes 29, a las 21, el Centro Cultural Alternativo presentará una proyección de diversos informes audiovisuales sobre Fernando, un conocido perro vagabundo que vivió en la ciudad de Resistencia en la década del 50 y principios de los 60. La misma estará presentada por el vicepresidente de El Fogón de los Arrieros, Marcelo Gustin, quien contará al público diversas historias y anécdotas de este perro que representa parte de la historia de nuestra ciudad. La entrada es gratuita.
Fernando fue un conocido perro vagabundo que vivió en la ciudad de Resistencia en la década de 1950 y principios de 1960. Se hizo conocido entre los habitantes de la ciudad por frecuentar bares y conciertos a los que concurrían músicos, artistas y políticos de la capital. Fue propiedad de un músico llamado Fernando Ortiz (de quien recibió el nombre), quien lo adoptó a corta edad y que lo llevó consigo a sus funciones y otros conciertos, lugares donde la gente empezó a tomarle cariño. Se comentaba que Fernando tenía buen oído para la música, y muchas veces la crítica del espectáculo al día siguiente dependía de las reacciones que había tenido el perro. Cuentan los memoriosos que este alegre perrito blanco recorría las calles a su antojo y se presentaba ante cuanta fiesta hubiera en una noche. Se acomodaba cerca de las orquestas y les demostraba su aprobación con sus movimientos de la cola. Sin embargo, ante la primer nota mal ejecutada, Fernando mostraba su desagrado con gruñidos e incluso alaridos. Pasaba sus tardes en un conocido bar de la ciudad, refugio de conocidos políticos, intelectuales respetables, industriales, contrabandistas y ladrones. Si aparecía en Navidad en alguna casa, se consideraba como una señal de buena suerte. Murió el 28 de mayo de 1963, y sus restos fueron enterrados en la vereda de El Fogón de los Arrieros. Allí puede leerse un epitafio que dice “A Fernando, un perrito blanco que, errando por las calles de la ciudad, despertó en infinidad de corazones un hermoso sentimiento”. Miles de personas, en las veredas, las calles y los balcones, despidieron al querido perrito blanco, aquel día que lo enterraron durante una solemne ceremonia. Después de su muerte, ha recibido muchos homenajes por parte de artistas, como por ejemplo las dos esculturas en la ciudad: una sobre su tumba y otra de bronce frente a la Casa de Gobierno. |
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