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General
Se cumplen 37 años del asesinato de Ringo Bonavena
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El 22 de mayo de 1976, Ringo fue asesinado en Estados Unidos y nació el
mito. Fue el boxeador argentino más importante en la categoría pesado.
Su mejor pelea fue ante el mismísimo Muhammad Alí, a quien tuvo al borde
del precipicio antes de ser noqueado en el último round. Fue uno de los
personajes más carismático y querido del deporte.
Este miércoles 22 de mayo, se cumplen 37 años de que uno de los dos mejores pesados de la historia del pugilismo argentino, a muchos kilómetros de distancia de su querido Parque de los Patricios y de manera abrupta -luego de que una bala le partiera el corazón- marcara su paso hacía la inmortalidad.
Oscar Natalio "Ringo" Bonavena. El de los largos habanos y del sombrero texano, el de los pies planos, el de la respuesta rápida y pintoresca. Aquel gladiador romano con voz aflautada que le hizo besar la lona dos veces a Joe Frazier y tuvo al borde del precipicio al mismísimo Muhammad Alí. El de las ravioladas domingueras junto a su madre, familia y amigos. El que partió el 21 de enero del '76 para los Estados Unidos y regresó en un ataúd meses después. Aquella fatídica madrugada del 22 de mayo de 1976 en el Mustang Ranch, de Reno (Nevada), propiedad del empresario Joe Conforte, donde el certero disparo de un guardaespaldas segaría la vida de uno de los personajes argentinos más carismáticos y queridos de los últimos cuarenta años. Inefable, ocurrente, rudo y tierno a la vez, con un corazón más grande que su voluminosa anatomía. Creador de frases rimbombantes y posturas circenses que lo convirtieron en el mejor vendedor del producto que él mismo generaba a cada instante. Un guardespalda de un prostíbulo asesinó a Ringo con un tiro en el pecho. Muchas cosas se dijeron y escribieron sobre su muerte y de las relaciones con Sally Conforte, las que habrían precipitado los hechos. La cuestión es que sólo Dios sabe lo que realmente pasó con Oscar Bonavena en Nevada. Ringo alcanzó frente a su eterno rival, Gregorio "Goyo" Peralta, el título argentino de los pesados. Con un récord absoluto de público: 25.236 espectadores colmaron las instalaciones del Luna Park. Capaz de patotear en la conferencia de prensa al mismísimo Alí, a quien llegó a tener al borde del abismo en la novena vuelta en aquel epopéyico combate en que cayó estoicamente en la última vuelta. El gran Muhammad nunca pudo olvidar aquella izquierda envenenada que lo hizo flamear. A los 33 años, cómo lo había vaticinado en alguna oportunidad, Ringo abandonó el paraíso terrenal para entrar en la inmortalidad. Pero sin lugar a dudas que el duende de ese grandote con cara de chico travieso seguirá recorriendo la Avenida Caseros, Boedo, Chiclana, Gibson. Siempre aferrado a su amado y querido estadio Tomás A. Ducó. Fuente: Terra |
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