-
-
-
General
Vero Romero: Buscan que caiga la coartada de su ex marido
Este jueves será la tercera jornada de testimoniales en la Cámara Tercera en lo Criminal donde comparecerán la madre y hermanas de la víctima fatal, quienes podrían aportar datos fundamentales del sonado caso.


La coartada de Juan Ramón Soto, de la única franja horaria que estuvo solo sin compañía alguna, tratará la querella de hacerla caer cuando hoy declaren familiares de Verónica Romero en la realización de la cuarta audiencia del juicio por el femicidio de la docente.

Desde las 8 comparecerán en la Sala Tercera en lo Criminal varios testigos, además de María Imperio Díaz, Gisela y Cristina Romero, madre y hermanas de Verónica. Habrá tres testimonios de amigos de ambas partes.

El tribunal está compuesto por los jueces Ida Cristina Torresagasti, Susana Gutiérrez y Alberto Verón, mientras que el fiscal de Instrucción es Héctor Valdivia, quien es acompañado por su par Jorge Fernando Gómez, designado por la Procuraduría General.
La defensora oficial es Zulema Del Huerto Quiroga y la codefensora Patricia Aleksich, mientras que la doctora Lorena Padován representa a la querella.

LOS DECLARANTES

Para hoy está previsto, siempre que no exista algún impedimento de los muchos que hubo desde que comenzó el juicio, que declaren cinco testigos.

Tanto la madre de Verónica como Gisela, hermana de la víctima fatal, debían conseguir sendos certificados médicos del tratamiento psicológico que llevan desde que ocurrió el horrendo crimen, condición ineludible para dar lugar a la petición de ellas que solicitaron para que el imputado y exyerno y cuñado de ambas, Juan Soto, se retire del recinto cuando estas declaren. La razón fue la potencial presión que podría ejercer ver a quien, según ellas, mató a Verónica Romero.

Pero también hablarán un amigo de Mariela Tiberio, la exnovia de Soto, una amiga de ella y otro pero vinculado amistosamente a Gisela Romero.

Del resto de los testimonios uno podría sorprender 

Los testigos que podrían declarar hoy, de no mediar cambios en el programa, son allegados a Mariela Tiberio y Gisela Romero.

Se trata de un muchacho que deberá aportar datos para afirmar la coartada que estuvo con Mariela el 26 de marzo, a fin de despejar cualquier tipo de dudas sobre el paradero de la mujer en esa trágica fecha de 2013.

Este testigo tendrá que decir toda la verdad, incluyendo el lugar donde se habría encontrado con la mujer, dato que podría sorprender a más de uno.
La otra persona a declarar sería una amiga de Mariela, a quien le habría dejado la hija para ir a verse con el testigo anterior.

Finalmente declararía un amigo de Gisela, quien estuvo con ella en las últimas horas antes de conocerse el trágico final de Verónica.
El horario de la muerte de la docente, el elemento que podría inclinar la balanza
De todos los testimonios, vitales serán los de María Imperio Díaz, Gisela y Cristina Romero, madre y hermana de Verónica.

Más allá de contar cómo era la relación entre Juan Ramón Soto y la docente, historia que sería muy diferente a la expuesta por el hombre, se expondrán otros detalles sobre el tipo de vida que llevaba el sospechoso del femicidio.
De todas maneras, las miradas estarán puestas en las preguntas que la querella podría formular a las testigos sobre un aspecto especial de Soto y que inclinaría la balanza en lo que refiere al esclarecimiento total del caso.

Ese tema está directamente relacionado con la hora de fallecida que llevaba Verónica Romero antes de ser hallada apuñalada a las 8 del 27 de marzo de 2013 dentro de su auto en la esquina de avenida Las Heras y Seitor. Según trascendió, el informe forense habría indicado que dejó de existir unas doce horas antes, por lo que se estima que el crimen podría haber ocurrido entre las 19 y 20 del día anterior.

Ahora, esto lleva a releer los dichos de Soto en sus declaraciones anteriores ante la Fiscalía, donde ratificó que entre las 19 y 20.30 aproximadamente se había ido solo a trotar en la plaza España dejando su celular dentro de una mochila, por lo que tampoco pudo atender un mensaje de texto que le había enviado una amiga, misiva que recién lo leyó al regresar a su departamento; o sea, nadie puede sostener esa coartada del profesor aunque tampoco significa que sea culpable, pero deja un enorme interrogante ya que se abre un paréntesis en el día que estuvo acompañado siempre por alguien, ya que esa franja lo muestra solo, sin nadie cerca.
Y hay un punto más que podría abrir otro manto de sospecha cuando la querella pregunte si es cierto o no a los familiares de Verónica un rumor que asegura que Juan Ramón Soto no sería una persona de tener una vida deportiva constante, no jugaría al fútbol y menos hacer ejercicios físicos, como se menciona en el testimonio del imputado que señala que en ese «agujero» entre las 19 y 20.30 estaba trotando, en solitario, en la plaza España.



Fuente: D21