El llamamiento forma parte de una guía internacional para prevenir y controlar la expansión del SIDA en grupos de población de riesgo. La petición de legalizar estas actividades no es un capricho o una teoría, sino que sigue los dictados que muchos epidemiólogos recomiendan a la hora de controlar enfermedades como el SIDA.

El documento cita a prostitutas, homosexuales, adolescentes y consumidores de ciertas drogas como grupos de riesgo. Un factor en común de estos grupos es que en muchos países están completamente estigmatizados o criminalizados. Eso hace que oculten sus actividades, con el consecuente riesgo para su salud. Legalizarlas permitiría darles acceso a los servicios sanitarios, y ofrecerles el debido tratamiento médico, así como medios de prevención adecuados como preservativos o jeringuillas desechables.

En el caso de los adolescentes, en algunos países necesitan permiso de sus padres para acceder a servicios de planificación familiar. La OMS también recomienda modificar esas leyes para que los jóvenes puedan tener acceso a estos tratamientos sin necesidad de alertar a sus padres.

Fuente: Organización Mundial de la Salud