Se sabe que el vicegobernador de Chaco, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, no se caracteriza por la tibieza y ya demostró en más de una oportunidad que no le tiembla el pulso si debe remover funcionarios cuando está a cargo de la Gobernación como sucede por estos días.

Esta vez le tocó a Mariela Guerra, una colaboradora del gobernador Jorge Capitanich en cuestiones vinculadas al ámbito social.

Lo que motivó el despido de Guerra del Poder Ejecutivo es su decisión de trasladarse a Castelli y pretender ser la mediadora con el movimiento que lidera Mercedes Sánchez, apuntado como el que bloqueó el tránsito en la localidad cabecera de El Impenetrable, lo que luego motivó en incidentes que se tradujeron en detenidos y policías y manifestantes heridos.

Más allá del juicio de valor que pueda hacerse de la decisión de Ivanoff, lo cierto es que el número dos del Ejecutivo lo único que hizo fue prescindir de alguien que no respetó lo que siempre reclamó, que es una posición uniforme de quienes integran el Gabinete.

De un lado está todo el equipo de Gobierno señalando la importancia de garantizar la libre circulación y construir desde el diálogo mientras que del otro Guerra, reconocida por utilizar las redes sociales por informar hasta el porcentaje de humedad, decidió “cortarse sola” y sacar quizás un rédito político intentando ser mediadora en la disputa con dirigentes sociales.

Lo cierto es que precisamente por Facebook, la otrora colaboradora de Capitanich hizo público su despido y llamó a sus seguidores a “elevar una plegaria” por su situación.

“Soy muy idealista y soñadora y confío muchísimo en la solidaridad”, sostuvo para justificar su decisión de trasladarse a Castelli para intervenir en una situación en la que no la habían solicitado.